*sábado 12 de abril de 2025*
Tras un intento fallido en marzo de 2024 debido al mal tiempo, este año sí, pudimos realizar la bonita circular que saliendo de Rodellar asciende a la peña Ruaba, desciende hacia Nasarre, para volver por la GR1 de nuevo, al punto de partida. Ruta con variados alicientes: ascensión a la peña, visita de un pueblo abandonado con iglesia románica restaurada, dolmen megalítico y cruce final del barranco del Mascún (cuyo significado parece ser, según Lucien Briet, "lugar habitado por espíritus"). Esta vez, el tiempo se apiada de nosotros y nos permite realizarla sin pasar ni excesivo frío ni calor, ni caernos durante la caminata una gota de agua.
Nueve integrantes de los clubes CAS y Nabaín fuimos los que después de una hora y tres cuartos de viaje por la carretera llena de curvas que une Boltaña con Rodellar, pasando por Arcusa y Colungo, nos plantamos en ese escondido y precioso pueblo de la Sierra de Guara. A las 9:10 de la mañana partimos del aparcamiento municipal y descendemos algo más de 100 metros para alcanzar el cauce del Río Mascún y cruzarlo por el bonito puente d'as Crabas, o de Coda, como también se le conoce.
Una vez cruzado el río, que presenta un caudal importante por las lluvias caídas en las semanas pasadas, empezamos a ascender, al principio con fuerte desnivel, hasta alcanzar el Llano de las Palomeras. La subida, ahora algo más llevadera y llena de fósiles, continúa, para finalmente llegar a los 1000 metros de altitud y volver a descender hasta el collado de San Cristóbal. Allí un cruce, ya en el barranco de Andrebod, nos indica la dirección hacia el Dolmen Losa Mora. Más adelante y a la derecha del camino, lo vemos cubierto por una gran roca plana que nos hace pensar de qué forma podrían haber colocado allí nuestros ancestros semejante pedrusco. Echando una mirada al norte se entiende el porqué de la localización del monumento megalítico que tenemos delante: observamos parte de la muralla pirenaica y ¡¡la Peña Montañesa y Nabaín!!
Ante semejante espectáculo se nos expande el alma. A partir de ahora todo será bajada hasta el ascenso final a Rodellar. Pero antes nos queda, después de bajar 3 km desde la punta, visitar el pueblo abandonado de Nasarre y su iglesia románica de San Andrés, construida en el siglo XI y restaurada en 1997. Nuestra curiosidad nos hace darnos unas vueltas por las casas espaldadas, algunas con piedras labradas en su dovela central (que nos determina el año de construcción y su dueño), entrar en la iglesia, admirar su ábside y subir al pequeño campanario. Comemos y bebemos, tomando de postre el habitual chocolate con torta de nuestro amigo Chusé, y volvemos por la GR1, pasando por la fuente de Nasarre, este año con mucha agua (como casi todas).
Han sido algo más de 19 kilómetros de disfrute, sobre los 1000 m de desnivel y 9 horas de actividad, aunque con largas paradas (no se tenía prisa) que finalizaron en el bar de Florentino con unas cervezas de por medio. En la pequeña tertulia que se formó disfrutando de la bebida, ya estábamos pensando en volver por aquí, para hacer otra circular recorriendo el Mascún en toda su longitud. Pero eso lo dejaremos ya para el año que viene.
Salud y montañas
José Luis Gracia Amigot

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