En esta ocasión hemos visitado Montanejos, en la Comarca del Alto Mijares.
El año pasado, este mismo proyecto se vio frustrado por el pavoroso incendio que se originó en el municipio de
Fuente la Reina justo el día antes de nuestra llegada, que obligó a desalojar todos los pueblos cercanos y que
afortunadamente, varios días después, lo pudieron parar muy cerca de Montanejos.
Como recompensa a nuestra perseverancia,
hemos tenido tres días espléndidos, a pesar de que las previsiones meteorológicas anunciaban lluvias todo el fin de semana.
Hemos participado treinta y dos montañeros, socios del CAS, del Nabaín y, cómo no, mi amigo Jesús López, colaborando como “guía adjunto” y necesario al “doblar” la excursión del sábado, donde se sumaron otros socios con residencia cercana.
Viernes 26 de Abril de 2024
Como lo prometido es deuda, el
viernes por la tarde, los que llegamos a Montanejos con tiempo ya hicimos una
primera excursión por el fondo del Barranco de LA MAIMONA, con sus impresionantes paredes a ambos lados. Poco transitado por los humanos, excepto los escaladores en busca de cualquiera de las docenas, o tal vez cientos de vias de escalada. Avanzando, sin senda clara entre cañas, árboles y cantos rodados, llegamos en poco menos de una hora a una impresionante presa, construida claramente para frenar las escasas pero muy peligrosas
avenidas de aguas torrenciales, típicas de los barrancos mediterráneos.
Ya en el hotel, fuimos recibiendo a los que iban llegando más tarde, y como no podía faltar, compartiendo conversación con una fresca cerveza a mano. Durante y tras la cena comentamos el plan para el sábado: “el plato fuerte del fin de semana”.
Sábado 27 de Abril de 2024
El sábado, las lluvias anunciadas parecía que no asomaban por ninguna parte, así es que tras el desayuno, con
muy buena disciplina comenzamos a andar desde la puerta del hotel. Nos esperaba una ruta de algo más de
15 kms y unos 800 metros de desnivel acumulado para “el plan A” y unos 10 kms y
550 metros de desnivel acumulado para “el plan B”.
La primera
“etapa” del día era el Cinglo de los Castillejos. El inicio de la senda, a escasos 500 metros del hotel,
anunciaba ya la pendiente que ibamos a seguir, al menos durante la primera hora. Avanzando por senda en buenas condiciones al principio, se torna más pedregosa, con la base caliza surgiendo inclinada del suelo, según nos vamos acercando a la cresta del cinglo.
Todo esfuerzo tiene su recompensa. Las vistas desde lo alto son expectaculares, así como la caída vertical que se divisa desde lo alto. Alcanzamos a ver la presa del fondo del valle, por donde nos paseamos unos pocos el
día anterior. Y también divisamos justo enfrente las paredes por donde nos moveremos el día siguiente.
En lo más alto de este tramo, nos dirigimos cresteando hacia “El Colladillo”, un cruce de
senderos con
cinco ramales. En este tramo pasaremos por la zona donde más estragos hizo el incendio del año pasado, aunque hay que decir que ahí terminó el avance del fuego, que tuvo su origen unos 15 kms al oeste y nos ha permitido
disfrutar del entorno casi como antes del incendio.
En el Colladillo decidimos hacer dos grupos.
El grupo mayoritario irían guiados por Jesús, secundado por Tere, para alcanzar la
cota máxima del día: El Morrón de Campo, para lo cual había que atacar una fuerte pendiente con varias pequeñas trepadas.
Otro grupo de ocho elementos tomaríamos una senda que nos llevaría directamente donde confluye con la ruta que iban a seguir nuestros compañeros, cerca de la presa del embalse de Arenoso.
Mientras el grupo principal ascendía en vertical al Morrón, recorría su altiplano y descendía hacia el embalse, nuestro pequeño grupo llegábamos al curioso aliviadero del
embalse: un túnel excavado en la montaña,
relativamente lejos de la presa del embalse, que es conocido como “el chorro” debido a que el agua sale a gran
presión.
Esta forma de salir el agua, unida a la siempre presencia de
viento encañonado en esa zona, provoca una
pulverización, que al pasar por la senda donde ya no llega el chorro, tengamos asegurada una inevitable y divertida ducha de fina “lluvia artificial”.
Ya pasando el chorro,
cruzamos por un pequeño puente al otro lado del rio Mijares, tomando el largo tramo final de la ruta hasta llegar al paraje
llamado Los Baños, donde un surgimiento de agua caliente se une al
caudal del
rio, notándose el agua más templada en algunas zonas del rio.
El pequeño grupo llegamos a buena hora a Los Baños y algunos optaron por disfrutar del baño en las templadas aguas de la zona.
Más tarde llegó la anunciada lluvia, apenas nada, que hizo desistir al grupo principal de acercarse a tomar el baño en el rio y optaron por ir directos al hotel a descansar, ya que venían “bien servidos” de caminata. Y tras la cena, como ya se ha hecho costumbre en estos viajes, el “Comité de Festejos” nos preparó una sorpresa a los anfitriones. ¡Y ya lo creo que fué una sorpresa!
No voy a comentar nada. Solo pondré unas fotos, que hablan por sí mismas.
Y sí, Tere y yo nos
hemos casado este año, discretamente, sin armar ningún revuelo. Y hay “amig@s”, poco discret@s, que no saben guardar un secreto.
Lo cierto es que fue muy divertido y emocionante. Y les estamos muy agradecidos de que nos agasajaran de
esa forma.
Domingo 28 de Abril de 2024
El objetivo del domingo era hacer una ruta circular empezando con la subida al lado opuesto del Barranco de la Maimona que acometimos del día anterior, que nos ofrecía unas vistas espectaculares de la gran muralla que forma el Cinglo de los Castillejos cresteados el sábado.
Luego bajaríamos al fondo del barranco, mucho más allá
de
la presa que alcanzamos el viernes. Y tras una corta parada “técnica” retomaríamos la subida opuesta hacia el Colladillo, intersección de las dos rutas.
A partir de aquí tomamos la bajada directa hacia el rio Mijares, en dirección a la Presa de Cirat: “En 1963 se construyó esta pequeña presa
en
Montanejos, apenas a un kilómetro aguas debajo del embalse de Arenoso, al final del estrecho de Chillapájaros, con el fin de canalizar el agua del rio Mijares hasta Cirat y realizar un salto de agua para generar energía eléctrica mediante turbina”.
Y mientras unos decidían alargar
la ruta un poco más allá, al fondo del “Estrecho de Chillapájaros”, otros optábamos por ir directamente a la zona de Los Baños, pasando por “El abrigo de Rufino”, pequeña cueva en
alto, habilitada como refugio de pastores.
Y tras un
buen rato disfrutando del precioso paraje, nos dirigimos al hotel donde teníamos concertada la comida de despedida, tras la cual parecía que casi nadie tenía prisa por marchar, después de un fin de semana tan intenso en actividades y tan emotivo, especialmente para los anfitriones, que agradecemos de
todo corazón todas muestras de cariño que hemos recibido estos días.
Un abrazo para mis gentes del Sobrarbe
Chevi Arauz... El Valenciano
