viernes, 28 de julio de 2023

EL FOTÓGRAFO Y NATURALISTA SOBRARBÉS BENITO CAMPO EXPUSO EN BOLTAÑA SU "NATURALEZA INVISIBLE"

 


Pequeñas joyas de la fauna y la flora, que pasan desapercibidas componían esta muestra

 

El Club de Montaña Nabaín organizó una visita guiada, con explicaciones del autor el jueves 27 de julio

Benito Campo, fotógrafo de naturaleza y naturalista nacido en Sobrarbe, expuso en Boltaña su 'Naturaleza Invisible'. El Club de Montaña Nabaín organizó una visita guiada, con explicaciones del autor, este jueves 27 de julio, a las 20 horas , en la Casa de la Cultura de esta localidad. El acto, en el que colaboró el Ayuntamiento de Boltaña estuvo abierto al público.  Alrededor de una treintena de aficionados disfrutaron de las explicaciones del naturalista.

Campo explicó las selección de imágenes que incluía la exposición de especies de animales y plantas, señalando, "que a pesar de ser relativamente frecuentes, pasan totalmente desapercibidas". Son "pequeñas joyas", comentó, "fundamentales para el buen funcionamiento de los ecosistemas". "Y vale la pena poder conocerlas y disfrutarlas en nuestras salidas a la naturaleza", añadieron desde el club Nabaín, que organizó este acto con ese objetivo.  El autor, Benito Campo Giménez, es naturalista y fotógrafo de naturaleza por vocación. Nacido en Boltaña (Huesca), pertenece a la Asociación Naturalista de Aragón (ANSAR) y a la Asociación de Fotógrafos de Naturaleza de Aragón (ASAFONA). Es coautor del libro "Anfibios y reptiles de Aragón: Atlas de distribución. Guía Gráfica" Y colaborador de varias publicaciones y webs nacionales de naturaleza.

jueves, 20 de julio de 2023

FALLECE JOSÉ RAMÓN MONCLÚS, UN REFERENTE DEL MONTAÑISMO ARAGONÉS

*Jueves 20 de julio*

El pasado miércoles, 19 de julio, fallecía en su casa de Boltaña nuestro compañero José Ramón Monclús. Este sobrarbés, que ha sido una pieza clave del desarrollo del montañismo en esta parte del Alto Aragón, se iba definitivamente hacia las cumbres, a los 67 años, víctima de una fulgurante enfermedad. Monclús, de Casa Mateu, ha sido durante más de una década -y hasta el pasado mes de diciembre- coordinador de las actividades del Club de Montaña Nabaín. Y una pieza fundamental de la pujante actividad montañera de Sobrarbe, que tiene su eje fundamental en la programación anual que su club organiza, desde 2006, conjuntamente con el CAS y de la que ha sido su más estable y constante valedor.

Trabajador incansable y meticuloso recibió el pasado mes de febrero el Premio Nabaín 2022. Este galardón, que creamos a raíz de la declaración del montañismo como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2019, pretende reconocer a aquellas personas o entidades que destacan por su trabajo para mantener e impulsar esta actividad deportiva, su cultura ética y de cooperación y su relación con el medio natural.

Su labor, centrada en el montañismo social, señalábamos entonces “ha permitido a muchas personas, a lo largo de muchos años, adentrarse en los deportes de montaña y en el conocimiento del entorno natural del Pirineo”. Entregándole el premio “hemos querido resaltar a través de su persona el trabajo discreto pero de un notable impacto social y comunitario que desarrollan los voluntarios de los clubes en todo tipo de localidades”.

Enamorado de Boltaña y de Sobrarbe ha jugado un papel clave en el entramado asociativo de esa localidad. Hasta sus últimos días siguió colaborando en la gestión y la actividad del Club de Montaña Nabaín. Y también en la del Centro de Estudios de Sobrarbe (CES), centro de estudios locales, asociado al Instituto de Estudios Altoaragoneses, de cuya junta formaba parte asumiendo múltiples tareas. Anteriormente había sido integrante del equipo gestor del Club de Fútbol Boltaña, con idéntica implicación y compromiso.

Formado como maestro en el campus de Huesca -actividad que desarrolló en Embún y otras localidades altoaragonesas en su juventud-, su vida profesional se centraría después en la banca, siempre en oficinas del medio rural.

El hijo mayor de Casa Mateu ha sido un “experto” en lo referente al Sobrarbe, el Pirineo y el Alto Aragón. Su prodigiosa memoria y su sentido del humor alimentaban, en cualquier situación, siempre incontables historias y anécdotas, que revelaban su profundo conocimiento de la intrahistoria de estas montañas y de la vida de sus gentes.

Su memoria permanecerá mucho tiempo circulando por las calles de Boltaña y sobrevolando las muchas cumbres y valles que recorrió; y su legado, en las entidades a las que dedicó su tiempo.

La junta del CES recordaba en un escrito este jueves su “sencillez, alegría, constancia, humildad, generosidad y compromiso” manifestados en su participación en esta entidad. Desde el Club de Montaña Nabaín, por nuestra parte, no podemos olvidar el agradecimiento expresado por las numerosas personas que han disfrutado del senderismo y del montañismo gracias a su trabajo ni su capacidad para sostener las más diversas tareas para hacer posible esta actividad.

Juan Rodriguez Bielsa


lunes, 17 de julio de 2023

EL CLUB DE MONTAÑA NABAÍN CELEBRÓ SU FIESTA ANUAL CON DISTINTAS ACTIVIDADES EN LA CUMBRE QUE LE DA NOMBRE

 

*Sábado y domingo 14-15 de julio de 2023*

50 montañeros de todas las edades participaron en esta salida

Cientos de puntos luminosos pueblan durante la noche una de las comarcas más despobladas de Aragón. La luna nueva los hace más brillante. Y nos deja entrever, en ese “mapa” en relieve que tenemos a nuestros pies, la infinidad de enclaves donde se fueron instalando los habitantes de Sobrarbe para poder vivir en un territorio agreste que les exigía aprovechar cada rincón, distribuidos en pequeños núcleos. Estamos a 1800 metros, en la cumbre de Nabaín, adivinando el nombre de cada pueblo de cuya supervivencia a pesar de los pesares dan testimonio esas luces.

Hemos subido, a la luz de las luciérnagas, por dos rutas diferentes -desde Ascaso y desde Jánovas- una veintena de montañeros y montañeras para celebrar el día del Club de Montaña Nabaín. Por la mañana subirán, en distintos grupos, treintaitantos compañeros con el mismo objetivo. Aquí les esperamos.

La noche es suave. Y oscura. Y las luces del valle parecen fundirse, en un único firmamento, con las de las estrellas y constelaciones que tenemos sobre nuestras cabezas. Entre unos y otras vamos desgranando las que reconocemos. La Osa Mayor (“el Carro”), la Menor, la Estrella Polar, Casiopea, Hércules, Dragón, Cisne,...Venus. Es un lujo cenar aquí. También lo es charlar, reírse, recordar historias de la vida pasada en estas sierras y compartir toda esta paz que deja la oscuridad.

Amortiguadas por la distancia, las notas musicales que alcanzan la montaña desde el castillo de Aínsa no conseguirán romperla. Metidos en nuestros sacos, en la “plana de O Lavallo”, un poco más abajo de la cumbre, trataremos de descifrar, sin mucha fortuna, a qué temas de Santiago Auserón se corresponden. Hasta que el sueño las difumine.

La noche se acorta a la intemperie. La claridad anuncia, muy pronto, un precioso amanecer que no queremos perdernos. Las nubes se van disipando mientras el sol se asoma sobre la cumbre de Lardana/Posets y va perfilando las siluetas de los Eristes, Bachimala, Cotiella, Punta Suelza, Turbón, Montinier o la Peña Montañesa; para ir vistiendo de color, después, las Sucas, Treserols, Modarruego, Tendeñera, Telera, Collarada, Canciás o Guara y todos y cada uno de los valles que tenemos ahí abajo.

Hacemos café y con su aroma volvemos a la cumbre. La ladera, ahora por la mañana, está completamente teñida de amarillo por las flores de los erizones. Y descubrimos en una inmensa panorámica todo lo que ocultaban las sombras en la noche. Entre parapetos de la guerra, las ruinas de la ermita, pozos de nieve, antiguos campos de patatas (¡aquí arriba!), pastos que se resisten a los “brinzones” y fuentes que retan a la sequía pasaremos el rato hasta que lleguen nuestro compañeros.

Compartimos las tortas que suben de Boltaña y que nos recuerdan que en estas fechas se reunían aquí en romería las gentes de la Solana, Vallivió, la ribera de Jánovas o los pueblos enriscados de Ascaso y Moriello. Y que esta jornada que venimos recuperando desde el año 2000 nos permite, como entonces, encontrarnos con viejos y nuevos amigos.

Entre estos últimos están Elena, Rubén o Cristián, algunos de los niños que han hecho este año su primer Nabaín, subiendo en alguno de los distintos grupos que van llegando y marchando de la cumbre.

Un aplauso suena para ellos. Y varios “vivas”. Al Club de Montaña, a la amistad, a las cumbres y a estas tierras de las que tanto disfrutamos.

Bajamos por distintas rutas. Hacia Ascaso, hacia Moriello, hacia Yeba, Puyuelo y Lavelilla. Y entre todos disfrutamos de la amplia diversidad que ofrece esta montaña: bojes, carrascas, tejos, pinos, hayas, “carpins”, servales blancos,...suaves laderas, fajas colgadas y acantilados vertiginosos. La comida comunitaria en Boltaña cerrará -no sin música y baile- esta jornada.

Juan Rodríguez Bielsa

FOTOS CLUB NABAÍN