*sábado, 21 y domingo, 22 de octubre de 2023*
En esta ocasión, hemos sido 32
los compañeros de los clubs CAS y Nabaín, los que nos hemos alojado en el Hotel
Ayestarán de Lekunberri. Un curioso establecimiento familiar, con casi un siglo
de historia y mucha personalidad, en el que nos hemos sentido como en casa.
Nuestro objetivo de este año es
conocer la Sierra de Aralar: una meseta caliza de unos 200 Km2, que se extiende
de este a oeste, separando los valles de la Sakana (que visitamos hace dos
años) y el de Araitz.
Una tercera parte de la Sierra
está en suelo Guipuzkoano, por lo que nuestros compañeros Marta y Esteban, que
conocen bien la zona, se han ofrecido a prepararnos las preciosas rutas que
vamos a disfrutar.
El sábado amanece con bastante
fresco, pero sin previsión de niebla ni lluvia. Para evitar que la jornada se
haga excesivamente larga, nos aproximamos con los coches por una sinuosa pista
cementada, desde el pueblo de Baraibar, hasta unas antenas de TV.
A las 9:30h comenzamos a andar por
un precioso bosque de hayas. El marrón de las hojas secas, se mezcla con el
verde del musgo, y el gris de las rocas, creando la sensación de estar
caminando por una antigua calzada romana. El camino asciende suavemente, hasta
salir a un claro, donde se junta con el GR-12 que lo cruza en forma de una
ancha pista.
Con el viento soplando a nuestro
costado, y sintiendo el frío en los huesos después de mucho tiempo, vamos
avanzando en dirección noroeste, ganando altura cómodamente, por la gran
altiplanicie que forma la Sierra de Aralar.
Una extensa alfombra verde se despliega
bajo nuestros pies, formando suaves colinas y dolinas, salpicadas de fenómenos
kársticos, caballos y ovejas latxas. Según vamos avanzando, las rocas le van
ganando terreno a los prados, hasta encontrarnos rodeados de un caótico lapiaz.
Según nos explica Kike con sus dibujos, en esta Sierra afloran unas raras calizas
jurásicas, que no son muy habituales en el Pirineo.
Tras algo más de 3 horas llegamos
a la cima del Irumugarrieta (1.431 m), techo de las llamadas malloas: una
sucesión de picos que constituyen el frente del cabalgamiento de Aralar, formando
un impresionante mirador en forma de circo. Al este podemos ver el Pirineo
cubierto de nubes, al frente el Larrún, y al oeste el Jaizkibel y la costa
donostiarra.
Admiramos el paisaje durante un buen
rato y reemprendemos la marcha en dirección suroeste, buscando una zona al
abrigo del viento para poder comer tranquilamente.
La vuelta la hacemos siguiendo el
GR-12, disfrutando de una pequeña parte de los 80 monumentos catalogados en
esta importante estación megalítica: dólmenes, menhires, túmulos.. y
posteriormente de nuevo del hayedo, hasta llegar a los coches.
Ha salido una preciosa ruta de casi
20 km y 690 metros de desnivel.
Mientras tanto, una pequeña
escisión del grupo, formado por Mihaela, Inma, Isabel y Ana, se han acercado a
visitar la cascada de Ixkier por el camino del Plazaola; antiguo trazado del
ferrocarril que unía Pamplona y Donosti, reconvertido en vía verde.
Han disfrutado de la mañana en
una bonita ruta de 10 km que cruza túneles y puentes. Han cogido castañas sin
pincharse, comido al sol y se han resbalado muchísimo debido a la humedad
causada por las abundantes lluvias de los últimos días.
Por la tarde y tras visitar el
pueblo, nos reencontramos en el Hotel para cenar, donde se genera un ambiente
divertido y emotivo a partes iguales, recordando con gran cariño a nuestro querido
amigo Joserra, al que echamos terríblemente de menos.
El domingo nos dirigimos al km 5
de la carretera que une Lekunberri con San Miguel de Aralar, donde nos
adentramos en el precioso hayedo que asciende suavemente por la ladera.
Algo más de 2 horas y media de
baño de bosque después, aparecemos en la cima de la sierra, a los pies del
Santuario. La suerte nos sigue acompañando y el día está despejado, así que
podemos observar a lo lejos San Juan de la Peña, Oroel, la sierra de Leyre.. y
por supuesto en primera línea el imponente perfil de San Donato.
Abusando un poco más de la
amabilidad y los conocimientos de nuestro compañero y guía particular Kike,
descubrimos los secretos del austero Santuario, así como su impresionante
retablo de esmaltes de Santa María, una singular joya medieval.
Bajamos en coches a Lekunberri,
donde nos despedimos tras comer en una antigua kotxera, recientemente reformada
en restaurante, desde donde podemos admirar de nuevo, el mar de roca caliza que
conforma la Sierra de Aralar.
Hemos compartido dos días de
senderismo, pero sobre todo de convivencia, disfrute, amistad, risas,
aprendizaje… Agradeceros a todos vuestra implicación para que todo salga
perfecto: a Esteban y Marta por guiarnos, a Kike por sus explicaciones, a
Teresa por sus calentamientos y estiramientos, a Petri y Manolo por sus fotazas,
a las guionistas y actores del teatrillo sorpresa, especialmente a Pepelu por
su arte… podría seguir uno a uno, porque todos y cada uno de vosotros aportáis algo
bonito al grupo, en una especie de simbiosis que nos hace volver a casa con una
sonrisa, pero me tengo que ir a darles de comer a los gorrinos... ;-P
El año que viene más y mejor.
Sandra y Dani.
FOTOS C.M.NABAÍN
FOTOS MANUEL HERNÁNDEZ
FOTOS PETRA MORAL
FOTOS ISMAEL PELEGRÍN
FOTOS MIHAELA CUCU
TRACK 21-10-23-ASCENSIÓN A IRUMUGARRIETA- JUAN FÉLIX ARNAL
TRACK 22-10-23-SUBIDA A SAN MIGUEL DE ARALAR-JUAN FÉLIX ARNAL