Treintaicinco deportistas del Club de Montaña Nabaín, de Peña Guara y del Atlético Sobrarbe desarrollaron conjuntamente esta jornada, que sirvió también para cerrar un intenso fin de semana de actos del Día del Club boltañés
Por fin se produjo un hecho largamente deseado y que se intentaba ya desde hacía un tiempo: el primer encuentro de barranquistas de tres clubes amigos de la provincia, el club Peña Guara de Huesca, el CAS de Aínsa y nuestro bien querido Club de Montaña Nabaín.
A las nueve de
la mañana nos reunimos en Escalona un grupo de barranquistas de los
tres clubes, para poner rumbo al barranco de Miraval (o Mirabal) y
que sirvió para pasar una jornada de hermanamiento, de compartir
experiencias y de aprendizaje para los más novatos.
Una vez
llegados al aparcamiento se formaron dos grupos, uno con los
barranquistas más experimentados realizaron el descenso del Miraval
superior completo, otro grupo, para los más novatos, entre los que
me encuentro, realizamos el tramo medio del mismo barranco.
La
aproximación se realiza por un sendero por el bosque durante unos
diez minutos, después de unas breves indicaciones iniciamos el
descenso. Se trata de un barranco adsequible y aunque apenas precisa
de cuerdas, si hay algún paso algo comprometido que con la
inestimable ayuda e indicaciones de los monitores se realizaron con
total seguridad.
Se trata de un
barranco muy popular en esta zona, acuático, divertido, con unas
gargantas sinuosas, de especial belleza, estrechos pasillos,
toboganes, destrepes, con grandes pozas y gran cantidad de saltos,
alguno de ellos de considerable tamaño, que hicieron las delicias de
los más osados.
El retorno
-como ya se sabe, siempre que se baja luego toca subir-, fueron unos
veinte minutos de caluroso ascenso hasta los coches, satisfechos, con
agua, risas y organización para la comida.
Es un barranco para disfrutar de toda esta naturaleza cuasi salvaje que se puede encontrar en estos espacios, con toda la belleza que estos incomparables montes nos ofrecen y que sobre todo nos tiene que hacer reflexionar sobre la suerte de tenerlos aquí, y del respeto que hay que mostrar con ellos y que debemos fomentar.
La jornada se
cerró con una comida informal en el área recreativa de Villaboya
de Boltaña, con todos los integrantes de la salida, donde se pudo
comer y beber, y charlar, escuchar anécdotas y batallitas varias,
experiencias y recuerdos, con muchas ganas de repetir la experiencia,
concretando ideas y deseos y aportando para poder realizar el próximo
encuentro.
Con esta
salida se cerraba un intenso fin de semana para el Club de Montaña
Nabaín que celebró su día, y que con diferentes actos durante el
viernes y la comida del sábado con sus miembros, se propuso el deseo
de seguir fomentando las actividades y asentar el crecimiento del
club.
Enrique Caminos