Una nueva salida barranquista del Club de Montaña Nabaín
recorrió esta profunda garganta en las inmediaciones de Fanlo
Por Enrique Caminos
Este domingo
se realizó una nueva salida barranquista del Club de Montaña
Nabaín: estuvimos en el barranco o garganta de las Gloces, muy
cercano a Fanlo. Sobre las once de la mañana y en un día que no fue
especialmente caluroso, con sol y muchas ganas, comenzamos la
aproximación. A escasamente tres kilómetros de este bonito y
carismático pueblo, justo en el cruce de acceso a la población, y
donde a pesar de la cantidad de coches aparcados por los alrededores,
pudimos dejar los nuestros, se encuentra una pista que nos lleva
hasta un sendero, que durante unos veinte minutos desciende hasta la
cabecera del barranco.
Un tanto bajo
el caudal, aunque dadas las fechas, pleno agosto, suficiente para
poder realizar el descenso con la siempre alegre compañía del agua
. El primer contacto con ella, mediante un pequeño tobogán, sirve
para refrescarnos y avanzar, directos, hacia el primer rápel, de
unos doce metros, para descender hasta la estrecha, sinuosa,
profunda, oscura y bellísima grieta que no nos dejará hasta el
final del barranco.
Discurre esta
garganta a través de varios toboganes, saltos, destrepes y algún
que otro rápel más, durante unos ochocientos metros. Es un
recorrido que se nos hace verdaderamente corto, con una particular
belleza, con tramos en los cuales no pasa un rayo de luz, y que
cuando entra, las paredes, las rocas cobran una nueva perspectiva,
formas y colores que se muestran ante nosotros. A medida que el cañón
se va abriendo, se puede disfrutar viendo la salvaje vegetación que
cubre las paredes. Los árboles que empiezan a asomar, nos anuncian
ya el cercano final de esta bella garganta.
Maravillados, nos
sentimos privilegiados de poder contemplar y disfrutar estos
espacios, y lo que nos recuerda, una vez más, que esto no es un
parque acuático y que los Pirineos no son un merendero. Todos
tenemos el derecho de disfrutar de la montaña, pero también tenemos
la obligación de cuidarla.
Después de
despojarnos de los neoprenos iniciamos el retorno, una caminata de
algo más de treinta minutos por un agradable bosquecillo al que
debemos agradecer la sombra que nos acompañó durante toda la subida
y que, aunque fatigosa, fue muy reconfortante, rememorando el
barranco que acabábamos de hacer.
Como siempre
un buen trago de agua y un ligero tentempié con su correspondiente
cambio de impresiones, daba por terminada la salida: todos a los
coches y a disfrutar de lo que queda de verano, aún quedan días
para algún que otro barranco más.
Una vez más
agradecer a todos lo compañeros por tan agradable jornada, gracias a
los más experimentados por sus enseñanzas y por no dejar a todos a
merced de nuestros nudos y reuniones… ¡Menos mal! Gracias
Esta será, muy a
pesar de un servidor, una de las últimas salidas barranquistas
mensuales de esta temporada organizadas por el Club de Montaña
Nabaín. [Sin embargo -nota del editor-, ¡en el programa todavía quedan unas
jornadas de reciclaje técnico en septiembre, una salida
geológico-barranquista, que tuvimos que posponer; y quién sabe si
se puede programar alguna más si las condiciones lo permiten,…!]
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Cabe resaltar, que
en esta actividad tuvimos como invitado a Adelio, amigo del club
portugués ECDC, entidad que organiza el encuentro barranquista del Vallis en el que un grupo de participamos en julio.
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As Glozes
Hay fotografías de Lorena Brusel, Jano y Carol Myssius