viernes, 26 de abril de 2024

LA EXPOSICIÓN "MEDIANO AZUL" DE MANUEL HERNÁNDEZ, EN TIERRANTONA Y MEDIANO

 



Este fotógrafo, que reside entre Boltaña y Zaragoza, plasma en sus imágenes las "emociones encontradas" que genera este paisaje que solo han conocido las generaciones actuales

El Ayuntamiento de La Fueva y el Club de Motaña Nabaín organizan esta muestra, producida por los estudios de Turismo y Ciencias Ambientales del Campus de Huesca de Unizar


Los paisajes, por lo general, evolucionan lentamente a lo largo de los siglos. Con algunas excepciones. El fotógrafo Manuel Hernández se ha acercado con su cámara a una de ellas, el valle del Cinca en torno a la localidad de Mediano (municipio de La Fueva).

Allí ha querido plasmar en imágenes las “emociones encontradas” que genera este espacio que luce, por la acción humana, un paisaje muy diferente del que conocieron nuestros bisabuelos.

Mediano azul’ se titula la exposición que recoge este trabajo, que llega ahora al municipio de La Fueva, en Tierrantona y Mediano. La muestra ha sido organizada por el Club de Montaña Nabaín, al que pertenece Hernández, y por el Ayuntamiento de este municipio sobrarbés. Y cuenta con la colaboración del Campus de Huesca de Unizar, que incluyó esta exposición en una serie sobre el paisaje aragonés, vinculada a sus estudios de Turismo y Ciencias Ambientales.

La exposición puede visitarse en mayo, en la Biblioteca de La Fueva, en Tierrantona, de lunes a jueves, de 16 a 20 horas; y los viernes, de 9:30 a 13:30. Y, previamente en el local social de Mediano, el fin de semana del 27 y 28 de abril, acompañando la presentación de la novela 'Escupe al pantano', sobre el desastre del ahogamiento del pueblo en 1969. El autor, José Ignacio Escudero, vecinos de Mediano y el alcalde de La Fueva, Jesús Solano, intervienen en este acto, que tendrá lugar el 28 de abril, a las 12 horas).

El paisaje es el centro de la fotografía de Manuel Hernández Rodríguez. Este matemático, que reparte su vida entre Boltaña y Zaragoza, ha recalado en numerosas ocasiones en Mediano en los viajes entre una localidad y otra atraído, explica, por los sentimientos que despierta, estética y emocionalmente, este escenario azul, frecuentemente, y ocre cuando baja el nivel del agua. La paz y la calma que transmite el agua -motivo sobre el que ya realizó una exposición en la Biblioteca de Aragón-, se combinan aquí con la “añoranza” que generan los restos de otras vidas que fueron canceladas forzosamente al inundar el valle. La “amplitud” de esa llanura líquida choca con la torre de la iglesia sumergida, que se asoma sobre ella y que, pese a su menor tamaño, protagoniza inevitablemente las escenas. Y contrasta también, señala, con los restos de casas, de muros y de otros testimonios de los antiguos habitantes que afloran cada verano “como cascotes tras una batalla”.

Composición, proporciones, perspectivas, simetrías, entre otros elementos que dibujan los paisajes de Manuel Hernández, parecen hablarnos indirectamente de su labor en torno a las matemáticas, a las que se ha dedicado su vida profesional como docente. El gusto por el detalle, que se plasma especialmente en sus trabajos más recientes, se entrevé ya también en esta muestra.

Anteriormente su afición por la fotografía, alimentada en buena medida por su pasión por la montaña, que desarrolla también con el Club Nabaín  de Boltaña, se ha plasmado en otras exposiciones individuales (en centros culturales y educativos, bibliotecas y otros espacios de Zaragoza y de distintas localidades del Pirineo oscense) o colectivas (en premios como el Lucien Briet o el del Geoparque de Sobrarbe)

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