Un grupo de 25 integrantes del Club de Montaña Nabaín y del Club Atlético Sobrarbe se embarcó el pasado 3 de agosto, en una ruta circular que los llevó a explorar los majestuosos paisajes del valle de Bielsa entre Pinarra y Barrosa. La “aventura” comenzó en la boca sur del túnel transfronterizo, donde el sonido atronador del chorro de La Pinarra les dio la bienvenida, con su caudal generoso y sus cascadas imponentes marcando el comienzo del itinerario.
A medida que avanzaban, los montañeros fueron testigos de la amplitud del valle, un vasto espacio dominado por la muralla rojiza de Barrosa, que se erigía imponente y majestuosa. El camino les condujo hasta el refugio de Pinarra, recientemente reformado, donde hicieron una pausa para reagruparse y recargar energías antes de continuar su ascenso.
La ruta prosiguió hasta el collado de Puerto Viejo, un paso cargado de historia por donde, durante la Guerra Civil, pasaron milicianos y civiles en su huida o desplazamiento, y donde los caminantes se encontraron garitas de vigilancia de la posguerra que, presumiblemente, fueron utilizadas por la Guardia Civil para controlar la frontera, añadiendo un toque de misterio y reverencia a la travesía.
Desde allí, comenzaron la ascensión alejándose del cresterío, prefiriendo zonas de mucha pendiente que desafiaron su resistencia y habilidades. Después de un esfuerzo considerable, alcanzaron la cima de Puerto Viejo (2.723 m.), donde fueron recompensados con vistas panorámicas que abarcaban todo el esplendor de los valles circundantes. Después de disfrutar de ellas, se dirigieron hacia el pico Barrosa (2.762 m). Gracias al tiempo despejado, pudieron observar los majestuosos picos de Monte Perdido, Marboré, Robiñera, La Munia y Sierra Morena. Comenzaron el descenso hasta el puerto de Barrosa, que se asemejaba a un paisaje lunar, y desde allí divisaron Barroude y los ibones del mismo nombre.
El descenso continuó por el valle de de Barrosa, pasando por su refugio a orillas del río Barrosa, donde hicieron una pausa para comer algo. Finalmente, la ruta los llevó hasta el parking del Hospital de Parzán, pasando por instalaciones de las antiguas minas, completando así la ruta.
La jornada duró 8 horas, con un desnivel positivo de 1170 metros y un desnivel negativo de 1495 metros. Alcanzaron una altitud máxima de 2765 metros y recorrieron un total de 18 kilómetros.
Fue un día de esfuerzo, historia y belleza natural, donde cada paso reafirmaba su pasión por la montaña y el compañerismo del grupo. Al final del día, los montañistas regresaron con el espíritu renovado y la satisfacción de haber conquistado no solo cumbres, sino también historias y experiencias que se grabarán en su memoria para siempre.
Miguel Sánchez Sánchez
Las fotografías son de Esther Núñez, Anabel Doz,Miguel Sánchez y Juan Félix Andrés
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Justo una semana antes veintisiete integrantes del Club de Montaña Nabaín y el CAS realizaron otra ruta montañera en el vecino valle de Chistau. El Mobisón Gran (2.601m) y la Punta Calva (2.382), fueron las cumbres visitadas, en ese "mar de piedra" que es el macizo de Cotiella, en un recorrido circular que partió del collado de Santa Isabel. Tramos sin sendero evidente, e incluso con cierta exposición acompañaron a los montañeros y montañeras sobrarbeses atravesaron el paso del Gradiello, para subir a la cumbre del Mobisón por el sureste y descender por la cresta noroeste con vertgiinosas panorámicas hacia el fondo del valle.
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