miércoles, 17 de septiembre de 2025

La gran vuelta a Coma Chibosa / Vignemale (crónica montañera)


Espectaculares parajes de los valles de Bujaruelo, Ossue y Gaube conforman esta ruta realizada por el el Club de Montaña Nabaín y el Club Atlético Sobrarbe.


La vuelta a Coma Chibosa (Vignemale), que recorre espectaculares parajes de los valles de Bujaruelo, Ossue y Gaube, ha sido la primera gran actividad de septiembre para los y las pirineistas del Club de Montaña Nabaín y el Club Atlético Sobrarbe.

Antes del amanecer nos juntabámos los participantes el sábado en Boltaña, para ir recogiendo después, en Fiscal, en Torla y en el mismo Bujaruelo, a otros montañeros. Tras cruzar el Ara por el puente del Mesón, quince personas nos dirigimos al puerto de Bernatuara, por el camino que lleva a este y al vecino puerto de Bujaruelo. Otros tres compañeros han decidido trasladar el vivac previsto a la corona de cumbres de Viñamala, por lo que, para recortar un poco la ruta de este primer día, subirán por la Moskowa, siguiendo previamente el curso del Ara hasta Cerbillona.


Sin que nos castigue aún el sol, y disfrutando de las vistas de Gabietos, Taillón y otras cumbres de Ordesa, los integrantes del grupo principal subimos hasta el ibón de Bernatuara, bonito enclave ubicado entre dos collados. Han sido más de 900 metros de desnivel que han resultado muy llevaderos, por la hora, y por el bien trazado sendero que nos ha conducido aquí. No en vano es la misma ruta que sigue el ganado del valle de Broto que, desde hace siglos, tiene el derecho de pasto en el vecino valle francés de la Canau, llegando hasta las faldas del Vignemale.


Tras almorzar, mientras algún compañero se separa del grupo para subir al pico de Bernatuara, iniciamos el descenso por la vertiente francesa, entre pastos y riachuelos, cruzándonos con grupos de montañeros del país vecino, hasta el remozado refugio de Lourdes. Poco después, al incorporarnos al valle de Ossau, podremos contemplar las gigantescas laderas de Coma Chibosa, y algunas de las cumbres que, como“gibas”, cierran su circo glaciar.


Llaneamos cómodamente hasta el fondo de este valle. El río que baja de la montaña se ha llevado el puente, por lo que cruzaremos el río de piedra en piedra (no sin que alguna bota llegue mojada a la otra orilla ¡Pero no importa, hace calor!). Aquí arranca de nuevo el ascenso. Casi otros 900 metros de desnivel nos esperan. Pero su variedad y belleza, y el camino por senda, hacen que no nos pesen. Cascadas, giros del río en un valle vertiginoso; las grandes paredes del pico de Tapón, o Tapou, y sus agujas, también de tresmil metros; el Petit Vignemale, la Punta Chausenque,... y el glaciar que aparece a lo lejos amenizan la ruta. Llegamos a las grutas de Bellevue, que el conde Rusell mandó excavar en el siglo XIX, en un lugar cuyas vistas hacen honor a su nombre: la panorámica hacia las cumbres del macizo de Treserols y Mondarruego son espectaculares.

Hemos abandonado el camino del refugio de Estom y el collado de las Gencianas, y después el que sube al glaciar y remontamos hacia el norte buscando nuestro objetivo final del día: el refugio de Baysellance. Las vistas hacia las montañas del Alto Aragón y de Gavarnie no han dejado de ampliarse. Charla, cena y convivencia completan la jornada. Al fondo vemos la punta del Vignemale. El viento empieza a soplar con fuerza. Allí estarán vivaqueando tres de nuestros compañeros, para seguir recorriendo al día siguiente, uno tras otro, los tresmiles que les rodean.

La mañana de este domingo es fresca. Todavía sopla el aire. Tras desayunar encaramos la ascensión al vecino collado de Ossue, y remontamos hacia la cumbre del Petit Vignemale. Las panorámicas son espectaculares. Hacia todos los lados. En frente el glaciar y las cimas de la corona de Coma Chibosa. Al Oeste el Midi d’Ossau, la Gran Facha, Frondiellas, Balaitous,… El macizo de Treserols, Astazús, La Munia, Tormoseta (Troumouse), las cimas de las crestas de Néouvielle y el Pic Long se nos muestran por el Este, junto a otras grandes cumbres francesas más cercanas, que en algunos casos (Aspé, Arrouy,…) superan los 2900 metros. Algunos compañeros recordarán aquí, como en cada cumbre, con una bandera, el sufrimiento de la población palestina, allí lejos, mucho más al Oriente.

Iniciamos un largo descenso que nos llevará al refugio de Oulettes de Gaube, actualmente cerrado por obras. Allí, entre prados, riachuelos y ovejas, almorzamos contemplando la impresionante cara norte del Vignemale, surcada de corredores y vías míticas del pirineismo.


Otros 500 metros de desnivel, que remontamos a buen ritmo, nos esperan hasta el puerto de los Mulos, para pasar a la cuenca del Ara. Tres grandes cimas, que rondan los 2900 m (Gramatuero o Arratille, Chabarrú y Oulettes) enmarcan la cabecera de este largo valle aragonés, que recorreremos hacia el Sur, viendo desde su nacimiento hacerse adulto al Ara. Dejamos la ruta que flanquea la ladera hacia el puerto de Arratille, camino del refugio de Marcadau, y con la gran mole de Comachibosa a nuestra izquierda vamos bajando, dejando a la derecha distintos valles y pasos: el del puerto de Letrero (que pasa a Bachimaña), el de Batanes (que lleva a los Baños de Panticosa) o el poco conocido valle de Espelunz, que, girando hacia el Sur, se encamina a la vez hacia Catieras y hacia Ordiso. Frente a él descansamos.


La vista de la Moskowa -paso desde el Ara hacia las cumbres de Viñamala-, la “marmolera” del Monferrat; la vertiente que no habíamos visto del Tapou y de sus agujas; el refugio de Cebillona; y luego los pasos a Francia de Plana de Alba o del Cardal; y los valles de Ordiso -con el refugio a del vado-, y de Otal, nos irán acompañando en nuestro camino hasta el mesón de Bujaruelo.


Ha sido un bonito recorrido que queremos dedicar a Maribel, que tanto este año como el pasado (en que la lluvia impidió recorrerla) ha preparado esta ruta (con el apoyo de Juan); y que no ha podido al fin compartirla con nosotros. ¡Muchas gracias!

 

Juan Rodríguez Bielsa (Club de Montaña Nabaín)


Más información sobre la ruta

 

























Más fotos https://photos.app.goo.gl/VNnHa5KTPLUznaE27


El equipo del vivac y los tresmiles 

Montferrat, Pico Central, Cerbillona, Aguja SW Cerbillona, Clot de la Hount, Vignemale, Pitón Carre, Pointe Chausenque y Épaule Chausenque son las cimbres de más de 3000 metros que realizó el equipo de compañeros del Club de Montaña Nabaín, que decidieron hacer la ruta a a la ComaChibosa con vivac. Ha sido, en la práctica una prolongación del programa 'Tresmiles jóvenes' que hemos realizado desde Nabaín, con la colaboración de Juventud Pelaire, este verano. Además los compañeros han disfrutado de atardeceres y amaneceres que no olvidarán en una temporada. Enhorabuena 

 






  

Las fotos son de Belén, Romo, Jorge, Marcos, Arán, Quique, Marc, Alberto y Juan 

martes, 16 de septiembre de 2025

Catchet, un ibón con forma de corazón, que marca el pulso de los frágiles ecosistemas de montaña (Crónica senderista)

 

Casi 50 personas nos dimos cita para realizar la actividad, acompañados de monitores de los clubes (Atlético Sobrarbe y Nabaín)

Ruta corta pero con cierta exigencia, ya que hay que salvar 500 metros de desnivel en poca distancia

Una grata sorpresa para la mayoría de participantes que no conocían este bello rincón

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Junto a su belleza también pudimos intuir algunos de los efectos del cambio climático en estos frágiles ecosistemas acuáticos


Nada más pasar el túnel de Bielsa hacia Aragnouet, a la derecha de la carretera queda un pequeño circo glaciar colgado, que aloja en ibón de Catchet. El pico Garlitz (con casi 2800 metros) cierra este bello rincón por el Sur; y los cordales que de esa montaña se descuelgan hacia el Norte lo separán, por el Oeste, de la Neste de Saux (valle por donde baja la carretera) y, por el Este del valle de Moudang, con el pico Cuneille (que supera los 2.600) como cumbre principal.


Casi cincuenta integrantes del Club de Montaña Nabaín y del Club Atlético Sobrarbe realizamos este mes de agosto la ascensión que lleva a este lago con forma de corazón. Iniciamos la ruta en una soleada mañana, partiendo unos de la cabaña de pastores que hay algo más abajo del túnel (donde no cabían todos los coches que movilizamos para transportar a todo el grupo), y otros de la propia boca norte de aquel.


La primera parte del camino la realizamos entre pinos y después por terreno abierto, junto al barranco que baja del ibón. Formamos una larga fila “multicolor”, de gentes de todas las edades, vinculadas a muchas localidades de Sobrarbe (Boltaña, Aínsa, Margurgued, Los Molinos, Guaso, Escalona, Plan, Sieste y La Valle de Sieste,…) e incluso de otras comarcas (Campo, Benasque, Sabiñánigo…). Entre los participantes merece una mención especial Roc “o Ninón de Torrelisa”, que con sus 7 meses realizó la ruta a la espalda de Sandra, su madre.


Las grandes cumbres del macizo de Neouvielle y el Pic Long, por el Norte, y las de Tormoseta (Troumouse) y el resto del macizo de La Munia, al Oeste, formaron parte de las panorámicas que ofrecía de la ascensión.


Tras superar los 500 m de desnivel de la ruta, pudimos descansar, comer algo y disfrutar de la belleza de este lugar. Una parte del grupo subió al collado occidental del circo, para mejorar las vistas, y para apreciar el corazón que dibuja este ibón, de alrededor de una hectárea, situado a 2.225 metros.


Un lugar frágil, un clima que cambia

No todo fue belleza. Nos preocupó ver bastantes peces, de pequeño tamaño, muertos en el lago. Consultamos al área de Ecología del Campus de Huesca de Unizar, para aclarar las posibles causas, y si estas eran humanas, o si podíamos hacer algo para evitar que esto se produzca.


Cremas solares, replentes de insectos y otros contaminantes que podemos dejar los humanos al contacto con sus aguas parecía poco probable que produjesen un impacto tan evidente como ese (aunque tienen otros) por las cantidades que suponen, nos explicó Rocío López, experta en ecosistemas acuáticos del área de Ecología del Campus de Huesca de Unizar, a la que consultamos.


La investigadora oscense valoraba otras posibilidades. Una de ellas es que esta situación se haya producido por una combinación de las altas temperaturas de este verano, con una gran cantidad de materia orgánica -por excrementos del ganado,etc...-, que nutre algas, que incrementan su presencia y que pueden provocar falta de oxígeno nocturna en el agua; cambiando así las condiciones de permiten la vida de los peces.

Ya el Observatorio Pirenaico de Cambio Climático, OPCC, de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos, señalaba en sus análisis la alta sensibilidad de ibones y turberas ante el acelerado cambio que estamos viviendo. “Los principales impactos previstos en los lagos y turberas de alta montaña y sus cuencas de recepción están relacionados con la alteración de sus características físico-químicas y biológicas como respuesta a la variación de la disponibilidad hídrica y al aumento de las temperaturas”, dice. (El texto completo https://www.opcc-ctp.org/es/sector/ecosistemas-sensibles-alta-montana)


¿Qué podemos hacer nosotr@s?

Por supuesto, adaptar nuestras pautas vitales para que no contribuyan al cambio climático, y pedir a empresas e instituciones que también lo hagan. Y, más concretamente en los ibones, dada su fragilidad (y la vulnerabilidad de algunas de sus comunidades, como los anfibios), seguir las recomendaciones que hacen distintas instituciones para reducir nuestro impacto: no dejar residuos, por supuesto; evitar el baño; si llevamos perros, evitar que entren en el agua; no introducir otras plantas u otros animales en su hábitat,… Y seguir las pautas de vivac o acampada fijadas en cada sitio -en cualquier caso no pernoctar a menos de 100 metros de ibones o ríos, etc- (en Aragón puede ser útil esta información: https://montanaregulada.org/area/acampada-en-anayet)


















Fotos de Petri, Manolo, Alberto, Juan,...

 

Más fotos de Petri del Moral: https://photos.app.goo.gl/RMzkRxFKCboogLQt9


Más fotos de Manuel Hernández: https://photos.app.goo.gl/LUbpbUHQd9ft8wzK6


 

Textos: Alberto, Juan y Grupo de Medio Natural del Club de Montaña Nabaín